miércoles, 29 de abril de 2009

AMOR EN TIEMPOS DE INFLUENZA PORCINA

Hoy es 29 de abril del 2009, y hace 21 minutos me acabo de enterar que se elevó la alerta a nivel 5 en relación con la influenza porcina. Esto implica declarar una emergencia sanitaria en los lugares que se hayan visto afectados, entre ellos, obviamente, nuestro país. En pocas palabras, estamos a sólo un paso de que se declare una pandemia mundial.

¿Qué cómo me siento? Pues, creo que como tú te sientes: preocupada, agobiada, aliviada a ratos. Con fe. Sin fe. Enojada porque siento que me engañan los medios, que me engaña el gobierno. Que todo esto es como un chupacabras vestido como cerdo. Pero luego lo pienso mejor, y si es verdad, simplemente aún no quiero morir.

Nunca pensé que iba a sentir tantas cosas a la vez. En momentos, estoy muy positiva y me gusta hacer bromas con mis compañeros de trabajo y amigos. Con decirles que hasta subieron mi foto alusiva a la situación en una página web (www.tapabocas.com o algo así). Así como a ti, me ha dado por hacer bromas crueles imaginando qué pasaría si esto realmente se convirtiera en el fin del mundo… It’s the end of the world as we know it… and I feel fine… (Perdón, se coló esa canción en mi cabeza) ¿Ven lo que les digo de las bromas crueles?

A veces me pongo a pensar que todo esto es una mentira. Creo que a muchos nos han mandado una gran cantidad de correos electrónicos explicando por qué esta situación es un teatrito montado por los políticos para tener tiempo y espacio de aprobar ciertas leyes sin que nosotros -el pueblo- podamos siquiera chistar. Por cierto, ya es legal portar drogas, siempre y cuando sean para consumo personal. Hasta hoy, yo ni sabía.

Hay rumores de que la influenza porcina es una estrategia para desviar nuestra atención hacia otra cosa que no sea la crisis (porque todavía estamos en crisis económica… ¿sí se acuerdan, verdad?). Hay quienes piensan que esta emergencia de salud fue inventada para inyectarle dinero a las empresas farmacéuticas que casi están en quiebra por la crisis mundial. Pero… ¡Bendita pandemia! Ayer fui a comprar pastillas de vitamina C y lo único que encontré fue la cara de espanto de los empleados de las tres farmacias que visité y que no me pudieron surtir lo que pedía porque “la gente se acabó todo y no habrá ni vitaminas, ni tapabocas, ni alcohol, ni desinfectante, ni nada hasta el viernes… si acaso”. Con tantas compras de pánico, seguramente ya no les irá tan mal a las compañías farmacéuticas… ¡Santo remedio!

Dicen que sólo necesitamos veintiún días para adquirir un nuevo hábito. Si esto no se controla antes de ese lapso, vamos a perder dos de las características más valiosas de los mexicanos: la calidez y el gusto por los abrazos y los besos. Recuerden que una de las medidas de prevención contra la influenza porcina es evitar saludar de beso, de abrazo, y aún menos, de mano.

¿Perderemos el hábito? ¿Cambiará nuestra percepción sobre el espacio personal?... Sólo el tiempo lo dirá. Lo que sí es seguro es que hasta el amor está sufriendo en estos tiempos de influenza porcina. Todos, desde el más inocente de los besos hasta el más apasionado y lujurioso, pueden dar como resultado la sospecha continua y el temor de adquirir un virus que aún no entendemos del todo, al menos hasta el día de hoy.

¡Sus comentarios son muy valiosos!

¡Buena vibra para todos y Diosito los bendiga!

Habla por si solo

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